TÍTULO:
CRUZANDO LOS LÍMITES
AUTOR:
MARÍA MARTÍNEZ
EDITORIAL:
TITANIA-FRESH
GÉNERO:
NEW ADULT
Nº
DE PÁGINAS: 410
ISBN:
978-84-92916-90-0
P.V.P:
16 EUROS
Sinopsis
Savannah no entiende por qué todo el
mundo se empeña en que vuelva con Brian. ¿A nadie le importa la razón por la
que rompieron? Quizá debería hacerse la tonta y aceptar que su perfecto,
brillante y universitario novio se acostó con otra chica en el asiento trasero
de su coche, destrozando su pequeño universo y sus planes de futuro.
Caleb es todo lo contrario a Brian,
alguien poco recomendable. Es insolente, descarado y temperamental, y posee una
mirada capaz de provocar incendios. Savannah conoce el peligro que supone
acercarse a él. Sin embargo, ahora que el chico ha regresado a la ciudad, lo
que hace unos años solo era un amor platónico e infantil amenaza con
transformarse en algo muy real… y convertir su último verano, antes de ir a la
universidad, en el más excitante de toda su vida.
Os confieso que llevaba mucho tiempo
deseando leer algo nuevo de esta autora. Desde que el verano pasado acabé la
saga “Almas oscuras”, y después del buen sabor de boca que me dejó “El encanto
del cuervo”, esperaba esta nueva historia con muchísima ilusión y también, he
de reconocerlo, con muchísimas expectativas.
Pero este libro, además, tiene un valor
añadido para mí. Y un valor sentimental muy especial. ¿Por qué? Os
preguntaréis. Pues porque este libro lo compré el día 6 en la FLM, y la autora
me le dedicó especialmente, el mío y el de mi sobrina (cuando algo me gusta de
verdad lo comparto encantada). Ir a Madrid después de tres años tenía un
encanto muy especial, conocer a María, hablar con ella, besos, abrazos, risas,
y sobre todo: llevarme de vuelta a Barcelona una historia tan especial como la
de Savie y Caleb. Eso es un tesoro y lo demás, tonterías.
Sobra decir que empecé a leerme el libro
en el viaje de vuelta, en el AVE, y desde la primera línea del prólogo ya sentí
que esta novela iba a llenar un hueco en mi corazón. Y cuando el miércoles lo
acabé, esa sensación se convirtió en certeza. Tan cierto como que después de
leerlo he tomando conciencia, más que nunca, de lo muchísimo que me queda por
aprender. Hace años que vengo asombrándome de la grandísima calidad literaria de
algunas autoras españolas; autoras que, además, han sabido colarse en mi
corazón más allá de sus libros. María es una de ellas. Es impresionante cómo
consigue hacerme palpitar con cada escena y cada capítulo, cómo lleva la
tensión hasta los límites, cómo me invita a cruzarlos, al igual que los
protagonistas, para enfrentarme a mis propios miedos a través de los miedos de
Caleb. Y sí, claro, ¿lo dudabas? Este hombre está haciendo estragos desde que
la novela salió a la venta a principios de este mes. Porque este hombre es
¡¡alucinante!! Bueno, vale, quizá no sea el adjetivo adecuado, es lo primero
que me ha venido a la mente. O quizá lo alucinante de veras sea su historia. No
puedo deciros hasta qué punto me siento identificada con él. Siempre me han apasionado
este tipo de personajes: los supervivientes. Totalmente alejados del modelo
clásico de héroe, consiguen colarse en nuestros corazones casi sin querer, sin
apenas proponérselo, como si les importara un pimiento lo que los demás piensen
de ellos. Y curiosamente, a pesar de ello o precisamente por esa indiferencia,
consiguen cautivarnos.
No voy a engañarte: aquí el protagonista
indiscutible es él; quien lleva el peso de la historia, de principio a fin;
quien consigue arrancarte las lágrimas y las risas por igual, quien te deja las
braguitas empapadas y el corazón a punto de salírsete por la boca. Vale, voy a
confesaros que casi he tenido orgasmos leyendo lo que hace este hombre. Y quien
me conoce bien, sabe el mérito que esto tiene. Que a mí los héroes no me
gustan. Y sin embargo, en esta historia
los hombres me ponen, y mucho. Mucho más que las protagonistas, por raro que
parezca.
Porque siento mucho deciros esto: NO ME
GUSTA SAVANNAH, o sea: sólo me gusta el nombre.
Prefiero mil veces a Cassie, Brenda e incluso, sí, claro que sí,
Spencer. Porque Spencer tiene lo que hay que tener y lo que yo busco
incansablemente en una “heroína”. Porque Spencer y Caleb son las dos caras de
una misma moneda. Vale, quizá demasiado iguales para funcionar como pareja, eso
lo admito. Pero es que Savannah… Ayyy, que no, que no. Que la chiquita lo
intenta, hay que reconocerle el mérito de intentar caer bien, pero conmigo no
lo consigue. Ese quiero y no puedo, esas dudas, esa cobardía de muchacha de
“provincias”, su obsesión con “el qué dirán”, todo eso me tira para atrás
irremediablemente. A mí dame una Cassie que sabe lo que quiere y cómo
conseguirlo, o una Spencer, quizá muy de vuelta de todo, pero mucho más madura
que “la buena” de Savie.
Dicho esto, pasemos a la historia en sí.
No ha sido una sorpresa, no ha habido nada especialmente original ni
sobresaliente en la trama. Pero hay que quitarse el sombrero porque el modo
cómo la autora ha llevado la intriga hasta el final se merece una salva de
aplausos. Como enreda la madeja y la va desenredando después, poco a poco,
haciéndonos cómplices de los personajes, de sus desvelos, sus miedos, sus
duelos, sus lágrimas, sus decisiones.
No voy a spoilear, no voy a decir nada
que pueda aguarte la fiesta, nada más lejos de mi intención. Porque si eres una
buena lectora te mereces esta historia. Algunos dirán que es “otra historia de
amor”; nada más lejos de la realidad. Esta es una historia casi, casi, de
desamor. De idas y venidas. De miedos y decisiones equivocadas; descubrirás que
el peor enemigo de Caleb… Es Caleb. Y lo mismito ocurre con Savannah.
El mayor mérito de CLL es la humanidad
de sus personajes, su modo de hablar, pensar y actuar es el nuestro. Te
sentirás identificado/a con muchas de las situaciones que viven, llorarás y reirás
con ellos. A veces te desesperarán, otras te harán subir la bilirrubina, otras
dispararán tu adrenalina hasta límites insospechados. Amarás y odiarás por
igual. Y al final, sí, al final de todo, suspirarás y dirás:
¡Jodeeeeeeeeeeeeeeeeer con la autora!
Y sí, lo querrás, claro que lo querrás;
contarás los días, las horas y los minutos que faltan para leer la historia de
Tyler y Cassie.
Y
EN OCTUBRE: UNA CANCIÓN PARA NOVALIE
¿TE LO VAS A PERDER?
YO NO.
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