TÍTULO: Una canción para Novalie
AUTORA: María Martínez
EDITORIAL: Titania/Fresh
Nº DE PÁGINAS: 448
MES Y AÑO DE EDICIÓN: Octubre de 2015
GÉNERO: New Adult
FORMATOS: Papel y Digital
SINOPSIS
Novalie ha pasado los últimos cuatro años
cuidando de su madre enferma, y esa terrible circunstancia la ha obligado a
madurar demasiado rápido. Se ha convertido en una joven fuerte y decidida que
sabe lo que quiere, por eso no se rinde con su padre que, deprimido y derrotado
por la muerte de su esposa, ha perdido las ganas de vivir.
Nick tiene un don para la música. Es un
prodigio del piano. Las mejores escuelas internacionales se lo disputan. Y su
familia, demasiado protectora, planea grandes cosas para él.
Novalie y Nick son polos opuestos. Dos
vidas separadas por la distancia y las diferencias. Lo único que tienen en
común es que ambos deberán pasar el verano en Bluehaven, una isla que esconde
un pasado lleno de secretos y que cambiará sus vidas para siempre.
Este
libro es especial para mí; todos lo son por un motivo u otro. Pero después de
leer y gozar CLL, no imagináis las ganas que tenía de hincarle el diente a la
nueva novela de María.
No os
mentiré si os digo que en los últimos doce meses me he aficionado, y mucho, al
género NA, es un género fresco que tiene la virtud de rejuvenecerme y eso,
pasados los 40, no es cualquier cosa. Con este tipo de historias vuelvo a mi
juventud, a esos 20 años donde, curiosamente, había muy, muy pocas novelas que
pudieran encajar en esta etiqueta de New Adult o Young Adult, según lo que leas
y dónde lo leas. Así que a mis 40 y tantos me estoy desquitando y estoy leyendo
mogollón de historias de jovencitos que salen “del cascarón”. Y no lo digo como
crítica, al contrario. Ya os digo que en los 80 se echó mucho de menos este
tipo de historias. Yo lo eché de menos.
Tampoco
os mentiré respecto a esta novela. He disfrutado horrores con ella, he reído,
he llorado, me ha tenido en vilo y boquiabierta; he descubierto muchas cosas y
aprendido otras tantas. Me ha enriquecido mucho, como lectora, y me ha
inspirado también como autora. Pero no os voy a engañar, pese a que la novela
está maravillosamente escrita y contada, pese a que la historia es preciosa, los
personajes no me han gustado. Nada. Ninguno me ha llegado al corazón. Y lo
siento. Yo me identifico con personajes como el Caleb Marcus de CLL, y aquí no
había personajes de ese tipo. Todo era muy pluscuamperfecto, muy “rosa
pasteloso”, todos eran demasiado buenos. Y los malos demasiado malos, peliculeros.
No, lo siento, y sé que muchas fans de la autora van a sentir ganas de
lapidarme. Y lo mismo me da porque yo no cobro por contar mentiras. Yo digo lo
que cada novela me inspira, me sugiere y me susurra al oído mientras la leo. Y
sí, soy muy exigente. Porque leo mucho y
no me limito a autores españoles, porque me gusta picar de muchos platos,
porque me gusta que lo leído perdure a través de los años; por eso, y porque
soy asquerosamente perfeccionista y la lectura es parte fundamental de mi
trabajo de autora, no leo cualquier cosa, no reseño cualquier novela y no digo
«sí» cuando quiero decir «no».
Quizá
puse demasiadas expectativas en esta novela después de babear literalmente con
CLL (Cruzando los límites), quizá
pensé que iba en esa línea, aunque la autora ya había avisado que ambas novelas
no tenían nada que ver una con otra, quizá…
Y no
es que no me haya gustado, no os confundáis, es… no sé muy bien cómo
explicarlo. La historia es preciosa y tal vez en otro momento de mi vida,
cuando era más joven e inocente, le habría puesto un 10. Porque esa es otra,
estoy pasando una etapa muy dispersa en lo que a lecturas se refiere. Ya vale
aquí la frasecita de: “No eres tú, soy yo.” Porque no es normal que encuentre
tan pava a Novalie, tan niñato a Nick, que los secundarios apenas me sepan a
nada, y que los secretos a los que se alude en la sinopsis me suenen demasiado
al clásico culebrón barato.
Y
ahora vienes tú, que eres FAN TOTAL de María, y me llamas envidiosa, y te lo
acepto. A medias. Porque sí es verdad que las novelas de María tienen mucho
éxito (y muy merecido, ¡¡ojo!!), pero tú y yo sabemos que María puede escribir
cosas mucho mejores. Y no conformarse con los patrones clásicos, las fórmulas «mágicas»
que ya se vienen repitiendo más que el ajo y el chorizo, y los clichés que
funcionaron en su momento pero que, como los yogures y los medicamentos, tienen
fecha de caducidad.
Vale,
ya se acabó la crítica (despiadada). Y vamos a por las cosas buenas que tiene
la novela, que las tiene, ¡claro que sí! Tiene un tono fresco y divertido de
principio a fin, con situaciones hilarantes que te arrancan una y dos sonrisas
a cada página que lees, tiene la virtud de engancharte a la historia desde el
minuto 0, a pesar de que tú quizá buscabas… otra cosa. Sabe cómo manejar los
tiempos y los ritmos, cuándo hacerte reír y cuándo hacerte llorar. Y a veces no
parece María, en serio; bueno, yo conozco a la autora (un poquito) y es tan
amorosa conmigo y con todos que me cuesta un mundo imaginarla soltando tacos,
¡y de los gordos!, en sus historias. Y ya sé que no tiene nada que ver, ¡¡yo
debería saberlo mejor que nadie!! Pero como me sorprende, y tanto, lo bueno es
que me mantiene despierta en todo momento, que no me da opción a aburrirme y
que, como ya he dicho, me arranca sonrisas cuando menos lo espero. Así que no
creas que me ha decepcionado UCPN, que no leeré más a la autora, o la he puesto
en una «lista negra». Noooo, Dios me libre de semejante estupidez. Solo que no
ha acabado de llegarme, siento que le ha faltado algo para hacerla INOLVIDABLE…
Y nadie lo siente más que yo, creedme.
Os
podría comentar un montón de escenas y anécdotas y cosas que me han gustado o
no, pero no me van los spoilers, así que me limito a decir lo que yo he sacado
en claro de ella. La novela es bonita y está indicada para un público concreto,
y he de decir que yo, a mis años, tampoco entro en ese público y quizá por ello
no he sabido llegar a los personajes. Mea culpa. Así que no hagáis mucho caso
de mis críticas, recordad el famoso «No eres tú, soy yo», y si os gustan las
historias clásicas de Amor con su toque de sal y pimienta, id a buscarla y
convertidla en vuestra lectura de San Valentín porque se lo merece.
Yo,
mientras tanto, ya cuento los días que faltan para que la autora saque su nueva
novela romántica adulta. Esa sí que la espero con ganas y esa sí, lo siento
como un pálpito en el corazón, me va a en-can-tar.
Lo mejor: El tono fresco, juvenil y
espontáneo que requiere el género.
Lo peor: Novalie. ¿Por qué las heroínas
tienen que ser tan jodidamente perfectas… incluso cuando se equivocan, la
pifian o meten la pata hasta el fondo?